Dormido en tú amor

Lejos la mejor sensación del mundo es dormir con la persona que amas, poder estar juntitos abrazados tan cerca uno del otro, donde tú respiración se une con la suya, donde te vuelves uno solo… es el lugar más acogedor y protector poder estar en sus brazos, poder mirar su rostro y sentir que nada importa que solo eres tú y esa persona especial que llena tus días de felicidad y amor incondicional. Nada se compara con despertar antes y verle dormir, sentir esa persona tan frágil, ten simple, sencilla, dulce y tierna… pero sobre todo ver que no solo es esa persona fuerte q demuestra ser, ese corazón de hierro que intenta demostrar sino que, más bien, es un niño que necesita protección cuando se acurruca en mi pecho buscando un simple abrazo que lo reconforte en sueños es la sensación de protección que le puedo entregar aunque no esté consciente porque sé que en el diario vivir solo se preocupa de los demás pero no que se preocupen de él. Sinceramente lo mejor es dormir y despertar al lado de la persona que amas, no cambiaría esa sensación por nada del mundo y cuando al despertar sabes que te tienes que marchar que te abrace fuertemente y te diga: - No quiero despertar, quiero quedarme así un rato más… momentos en donde no quieres volver al mundo real y quieres permanecer así, pero el mundo despierta el tiempo se agiliza y la vida continua.. por mucho que se pare el tiempo entre los dos debemos volver a la triste realidad y separarnos…. Pero por mucho que nos duela separarnos sabemos que al final del día cuando no estemos juntos en nuestros sueños quedaran esos bellos momentos plasmados en nuestro corazón y al dormirnos nos quedará esa sensación de que aún estas junto a mi acariciándome el rostro o con un simple beso demostrarme que estas ahí conmigo velando mis sueños y yo los tuyos, caminando juntos de la mano por el mundo de los sueños donde nada ni nadie puede separarnos, donde nuestro amor sobrepasa las fronteras, donde podemos estar juntos sin tener que seguir el ritmo de la vida, donde no necesitamos nada más que el “nosotros” y nuestras ganas de vivir el amor.